domingo, 20 de octubre de 2013

Setas gigantes en la calle San Francisco

En Alicante nos han salido setas enmedio de la calle, como leéis. Eso sí, estas setas no son como las del campo, pues miden unos 4 metros, tienen cara con ojos, nariz, boca y orejas; y son de plástico. Como si de un cuento se tratara, el Ayuntamiento ha decidido adornar la calle San Francisco con estas simpáticas setas y sus graciosos compañeros, pues las setas tienen encima caracoles, hormigas o gusanos. El suelo está pintado de amarillo y verde, cosa que nos recuerda a ese camino de baldosas amarillas de El Mago de Oz

Las setas, obra del artista José María Esquiva, las empezaron a colocar a principios de esta semana, pero cuando nosotros nos paseamos por allí todavía había huecos vacíos en los que probablemente coloquen más. Además, las que ya había allí plantadas tenían todavía el plástico de burbujas protector. Vamos, que para nada está la nueva calle terminada, pero ya puede uno dejarse caer por allí y disfrutar de lo que hay. Nosotros, en cuanto nos enteramos de la presencia de estas figuras, corrimos a hacerles una visita con nuestra cámara. ¿Por qué tanta prisa si sabíamos que no estaba terminado? Pues porque desgraciadamente la experiencia nos dice que van a durar dos telediarios vivitas y coleando. Demasiado vandalismo y gamberrismo tenemos en esta ciudad y una servidora sufre por esas setas. A ver qué pasa...En fin, tras esta necesaria nota pesimista, os dejo las fotos que hicimos ese día. Volveremos a pasar por la calle para hacerles más y mejores fotos cuando esté todo terminado y sin plásticos. Porque según he leído en una nota de prensa, además de estas figuras la calle contará con columpios y casetas en forma de insectos tales como hormigas o saltamontes. ¡Qué ganas de verlo todo puesto!





¿Qué os parecen? Podéis darnos vuestra opinión o decirnos cualquier otra cosa en los comentarios
¡Hasta la próxima actualización!

viernes, 18 de octubre de 2013

La biblioteca del Panteón de Quijano

¡Saludos!

Hace tiempo que no actualizamos el blog, pero es porque estamos de vuelta en nuestra rutina diaria de estudios y trabajo y casi no tenemos tiempo para nada. Eso sí, hemos seguido paseándonos por Alicante y tenemos bastante material fotográfico para ir hablando de muchas cosas en este blog. Poco a poco os lo iremos contando, paciencia. De momento os voy a hablar de un lugar muy especial para mi hermano y para mí. A día de hoy ya no existe y nos da mucha pena porque supuso mucho para nosotros tal y como ahora veréis. Se trata de la biblioteca del Panteón de Quijano.

En otro momento hablaremos más y mejor de todo el espacio del Panteón de Quijano, pero hoy quiero que centremos nuestra atención en esa pequeña caseta blanca y azul que hay en una esquina del parque, junto a la entrada trasera del mismo. Nadie diría que ahí dentro se albergó una biblioteca infantil y juvenil hace unos años, pues el espacio es muy reducido. ¡Y tanto que lo era! Recuerdo que había una sala nada más entrar por la puerta, que ocupaba casi tres cuartas partes de la superficie de la caseta, en la que había varias estanterías repletas de colecciones de libros infantiles y juveniles y apenas dos mesas redondas bajitas para poder sentarse a leer, además de la mesa del bibliotecario encargado de gestionar el lugar. Al lado, pasando un corto pasillo, había una sala minúscula con una mesa y una estantería con periódicos y revistas a la que iban las personas adultas a leer la prensa. Os estoy hablando de muy muy pocos metros cuadrados en total. Vamos, que como hubiera alguien sentado en alguna de las mesas, ya era difícil mirar con tranquilidad las estanterías. Con esta descripción transmito cierto agobio, pero para mí no era así. Era tan grande la felicidad que sentía al ver tantos libros y tan nuevos, que me sentía como Bella cuando le mostraban aquella enorme biblioteca del castillo en La Bella y la Bestia.



El olor a nuevo. Daba gusto abrir un libro y saberse la primera persona que lo leía, prácticamente estaba estrenando los libros. Y había de todo: colecciones de terror, de aventuras, de cómics de todo tipo, libros de aprendizaje, enciclopedias visuales, libros troquelados, grandes clásicos... Le debo mucho. A día de hoy soy una lectora empedernida y, entre otros muchos factores, se lo debo a esta biblioteca. Gracias a ella descubrí y redescubrí a autores como Enid Blyton, Roald Dahl, Oscar Wilde, R. L. Stevenson, Goscinny, Uderzo, etc. Recuerdo con gran cariño a las traviesas gemelas de Santa Clara o a los intrépidos Cinco resolviendo misterios. Ya conocía a Enid Blyton de libros que había leído antes, pero aquí tenían muchas colecciones y las leí todas de principio a fin. También había una colección de libros de Alfaguara, la famosa serie azul, y varios libros llamaron mi atención, como Cuando Hitler robó el conejo rosa o Charlie y la fábrica de chocolate. Ambos libros me dejaron huella, igual que lo hicieron clásicos como El fantasma de Canterville o La isla del tesoro. Tendría yo por aquel entonces unos 15 años y no me había adentrado aun en los clásicos de la literatura. No lo sabía, pero en el futuro estudiaría literatura inglesa en la universidad y aquellos recuerdos me vendrían de perlas. Además, siempre lo digo, leer te enriquece en muchos aspectos y uno de ellos es que aprendes a escribir mejor. ¡Qué agradecida me siento por haber leído tanto y tan variado durante mi infancia y adolescencia!

Siguiendo con los libros de aquella biblioteca, además de todos los títulos mencionados, me encantaban los libros de misterio y pude hincarle el diente a varias colecciones que allí había, como la famosa Pesadillas de R.L. Stine o unos sobre la serie Expediente X, que por aquel entonces seguía en antena y estaba en boca de todos. Pero lo que realmente me entusiasmaba más de aquel espacio era que tenían varias colecciones de cómics y, una vez más, estaban nuevos. Me encantaban Astérix y Obélix, pues tenía en casa algunas de sus historietas, pero aquí pude leer los muchos que me faltaban. A veces los leía allí, sentada en una de las mesas, pero la mayoría del tiempo los sacaba para poder leerlos tranquilamente en casa. Y al igual que con los galos, hacía lo mismo con Lucky Luke, El pequeño Spirou, Spirou y Fantasio, Garfield o Titeuf, entre otros. Mi afición por los cómics se vió afianzada durante esta época. Una vez más, le debo mucho a esos escasos metros cuadrados. Seguro que me dejo muchos títulos por mencionar aquí, pero quiero que os quedéis con la ilusión con la que iba y venía a sacar y devolver libros, sobretodo en época estival. Mis veranos tenían más de biblioteca que de playa. Y sí, posiblemente me pilló algo mayorcita para ir leyendo ciertas colecciones más juveniles, pero lo importante es leer y los disfruté muchísimo.



Pero todo lo bueno se acaba y esta vez me da rabia. No recuerdo las fechas exactas de apertura y cierre. Más o menos calculo que esta biblioteca se abrió a principios de los 2000. He intentado averiguar el año exacto, pero me ha sido imposible con mis medios. Me puse en contacto con asociaciones alicantinas que cuidan tanto la memoria histórica de esta ciudad, pero no pudieron ayudarme. Realmente da igual, mi propósito era contaros cómo me sentí entre esas cuatro paredes, las fechas no importan. Aquel espacio ya no existe, la biblioteca cerró sobre el año 2010 por motivos que desconozco y me imagino que aquellos libros que tanto me dieron se repartieron entre el resto de bibliotecas públicas de la ciudad. Cada vez que paso cerca de esa caseta siento cierta nostalgia. Las paredes siguen estando, pero el espacio ha perdido la magia. Quién sabe, igual algún día el edificio vuelve a albergar un lugar tan enriquecedor para niños y jóvenes. De momento nos quedará el recuerdo de tiempos mejores, recuerdo que quiero seguir alimentando con este escrito. 

Un saludo, lectores

Míriam

Edito 20/10/2015: estoy participando con este post que escribí hace un par de años en el concurso que organiza @observalibro en Twitter. Con esta edición pretendo hacer saber a quien incumba que este texto es de mi autoría.

martes, 1 de octubre de 2013

Visita a Terra Natura Benidorm - Parte 1



¡¡¡ Hola de nuevo chavalada !!!

Estamos aquí otro día más con nuestras aventuras por Alicante y alrededores. Esta vez vamos a contaros la escapada que hicimos al parque/zoológico de Terra Natura en Benidorm que ya os avanzo que está muuuuuy chulo.

Para empezar no sé si clasificarlo como "Ocio" o "Ruta de ejercicios" ya que estuvimos andando por el camino con cuestas casi 4 horas para verlo todo, y eso que íbamos bastante ligeros.

Bueno, al tema:

Nada más entrar, te hacen una foto con la mascota del parque y pasado ese apuro ya eres libre de ir a mirar lo que quieras.
Lo primero que verás son montones de insectos gigantes como estos:
Hormigazo gigantrospido en la pared
¡¡¡ Socorrito !!! Me ha atrapado un escarabajo pelotero... que nooo !!! XD

 Después de hacerte miles de fotos con estos insectos enormes, toca tomar una decisión:
-Ir al bar/cafetería o al baño.
-Ir a la izquierda y llegar a América (México)
-Ir a la derecha y entrar a la zona de animales venenosos

Nosotros siempre elegimos entrar lo primero (si, hemos ido varias veces ya) a los animales venenosos. Nos va el riesgo... y se está fresquito.

¿Lo tengo detrás, verdad...?


Dentro podemos encontrar desde hormigueros (ahora también con peces) a tarántulas, serpientes, lagartos, ranas, sapos y hongos. Todo ello altamente venenoso aunque súper bonito como demuestran las imágenes que vienen a continuación:

ojjjj, que peluda y grande...
Mal lugar para echarse una siesta
Ranitas Azureus: parecen gominolas, pero OJO,  pueden matarte
ahhh, chinches asesinos!!! quitamelo!!! quitamelo!!!

Después del yuyu de pasar por ahí hay una sala a oscuras donde hay Chinchillas, y demás animalitos suaves, monísimos y NO venenosos, pero no tenemos fotos ya que no se podían hacer con flash y no había casi luz.

Ufff, ya pasó todo, Sr Sapo Triste. Ea Ea...
Al salir de ahí, fuimos por el camino de la izquierda, el que llevaba a la zona mexicana, aunque más tarde volvimos a este vivario para ver como un lagarto venenoso enorme se comía 2 pollitos... yuyu...

El puente que llevaba a la Jungla de los monetes y papagayos

Para llegar había que cruzar este puente naranja que conducía a un camino con un montón de plantas tipo "jungla exótica" típicas de la región a la que pertenecían. Y en ese camino había varios "puestos" y jaulas acristaladas donde estaban los animales. Lo más curioso eran los papagayos, que estaban sueltos pero no abandonaban su "casita".


ayyyyy, que mono!!! :3





Cuando termina el camino llegamos al pueblito Mexicano de Copaltenango que es una zona para descansar, tomar algo y hacer muchas fotos. Es la antesala de toda la zona de América.



Soy un ninja
Cómo molo!!
Que tio mas raro...
La plaza del pueblo
Aqui con mis amigas las mariposas
bueno, echo un trago y seguimos


En dicha zona encontramos pájaros exóticos en un Aviario muy grande y luego llamas y ovejas en una zona de corral. Las llamas sobretodo dan miedo. Te persiguen y con esos dientes parece que vayan a comerte. Al pasar eso hay otro corral mucho más grande, casi se podría considerar terreno abierto,  con cabritas, ciervos y algunos pájaros que creo que eran buitres.

El cartel tenía razón, ¡¡¡una mano intenta capturarme!!!
OLA K ASE  ;)
Aquí con Bambi

De ahi pasamos a Asia y sus dromedarios, elefantes y ñuses. Era como ver El Rey León, pero de esto hablaremos en el próximo Post, que tengo que buscar las fotos, así que...

¡¡¡ Hasta la próxima !!!